Alejandro García García es un joven de 17 años natural del pueblo almeriense de Alboloduy. Desde bien pequeño ha vivido ligado a la música, casi se podría decir que vive, piensa y siente la música durante las 24 horas del día. En la actualidad forma parte de la Orquesta Joven de Almería (OJAL), a la que accedió en 2019 para aprender y crecer musicalmente a través de su inseparable fagot. Además, a sus 17 años ya ha debutado con la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL), concretamente el día del inicio de la gira ‘David Bisbal, Filarmónico by Cosentino’, un debut por todo lo alto, sin duda.
Una forma bastante bonita de debutar, en ese momento se juntaron las ganas que siempre he tenido como músico de debutar con una orquesta profesional y la ilusión que me hizo poder trabajar con David Bisbal en esta increíble gira, fue un concierto maravilloso, se me hizo muy corto y lo disfruté muchísimo.
Sin duda que esta gira ha sido una gran experiencia de la que he aprendido bastante, un detalle qué destacaría que he aprendido es, sin duda, la profesionalidad con la que se tratan todos los repertorios en la OCAL, siendo el repertorio de la gira más sencillo que muchos de los programas sinfónicos de la orquesta y aun así mis compañeros y yo cuidábamos cada detalle de los arreglos instrumentales como si de una obra sinfónica clásica se tratara. Otro de los grandes aprendizajes que me he llevado es uno de los secretos que convierte a la OCAL en una orquesta de grandísima calidad, este es el hecho de que los profesores de la orquesta forman una piña en la cual fue fácil incluirme cuando llegué ya que mis compañeros me acogieron muy rápidamente como uno más, esto hace que durante los conciertos y ensayos todos nos escuchemos mutuamente para lograr un sonido de calidad y compactado.
Pues trabajar otro tipo de repertorios que originalmente no son sinfónicos siempre es interesante, esa parte me gustó mucho, también destacar los lugares donde se llevaron a cabo los conciertos, en especial el Teatro Real al cual, como amante de la ópera que soy, admiro el trabajo que realizan en todas sus producciones, las cuáles siempre he disfrutado a través de la pantalla y estar allí en el mismo escenario donde tanta belleza musical se ha manifestado durante décadas pues para mí fue un honor.
Mi día a día con la OJAL yo diría que es tranquilo a la par que bonito, las condiciones de nuestros ensayos son óptimas al igual el buen rollo que tenemos los músicos entre nosotros. Siempre observo el primer día de ensayo de una obra en el que parece que nunca la vamos a sacar adelante y el día del concierto en el que me doy cuenta de que eso que parecía imposible no solamente lo hemos tocado sino que hemos hecho una gran interpretación.
Tener a Michael de director es lo mejor que me ha pasado en la orquesta, es un músico de primer nivel reconocido internacionalmente que dedica su tiempo a ayudarnos a ser mejores músicos a todos nosotros, para mí eso no tiene precio, creo que muchos músicos de orquesta de Andalucía le estaremos eternamente agradecidos por todo lo que hace. Me impresionó mucho cuando lo vi trabajar por primera vez y me acuerdo perfectamente del momento, fue ensayando un arreglo para marimba del concierto para piano y orquesta del maestro Joaquín Rodrigo junto con el solista Conrado Moya, ese día observé como mediante sus gestos transformaba toda la música y cómo los profesores de la orquesta lo entendían a la perfección.
Quizás sea la pregunta que más veces me han hecho a lo largo de mi vida musical, y realmente no sé dar una respuesta concreta. Vengo de una familia de músicos, y de un pueblo musical a más no poder y eso me permitió conocer bien todos los instrumentos antes de decidir, y recuerdo que el sonido del fagot me cautivó desde el primer segundo. Una de las principales motivaciones por las que siempre intento perseverar en la música es el amor que tengo por mi instrumento, para mí produce un sonido exótico y místico que no se parece tímbricamente a ningún otro.
Desde que tengo uso de razón la música ha sido mi estilo de vida, así que si no estuviera la música en mi vida realmente sería otra persona completamente diferente. Para mí es imposible imaginarme sin música.
Pues soy un amante del arte en general y una persona muy curiosa, siempre estoy buscando cosas interesantes que hacer y que aprender. Me encanta pasar tiempo con mis amigos y compartir música con ellos me hace inmensamente feliz.
Mi afición por la música se la debo exclusivamente al pueblo en el que me he criado, Alboloduy, mi familia ha continuado durante generaciones la tradición musical que existe en mi pueblo desde hace siglos. Empecé a dar clases de música en mi pueblo con 5 o 6 años y desde que era un bebé mi padre siempre me llevó a conciertos, por eso hoy en día sigo asistiendo con él a muchos conciertos. Todos estos antecedentes musicales que tengo me han llevado a sentir la música cada día más y a ser incapaz de dejar de pensar en música a cada hora del día.
Tengo varios referentes musicales en vida, como fagotista siempre he admirado a fagotistas como Sergio Azzolini, Sophie Dervaux y por supuesto al gran Klaus Thunemann que ha sido el gran culpable de embellecer por completo y mostrar al gran público el gran repertorio que tiene mi instrumento. Fuera del mundo fagotístico grandes personalidades musicales como Hilary Hahn, Daniel Barenboim, Martha Argerich, Herbert von Karajan, Arturo Sandoval o Wynton Marsalis han sido claros ejemplos para mí de que la música es capaz de hacerte sentir todo tipo de emociones.
La música no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que es necesaria para tener una buena calidad de vida, no creo que exista una sola persona en este planeta que no necesite tener música en su vida.
La música para mí es, como ya he dicho, mi estilo de vida. El significado de esta realmente creo que no se puede definir, porque es indescriptible lo que cada uno siente con la música.