Un mar en calma que parecía aguardar la llegada del barco que hacía meses que había salido para surcar los mares. Esa embarcación, que con tanta ilusión se espera en puerto almeriense, lleva el nombre de Orquesta Ciudad de Almería (OCAL) y a bordo van más de 70 marineros, capitaneados por Michael Thomas, varios piratas que se han sumado a esta aventura en busca del mejor tesoro del mundo, y también varias sirenas y tritones que hacen la travesía aún más dulce. En su hoja de ruta están marcados en rojo los puertos de los ríos más populares del mundo, desde el colorista y bullicioso de Portsmouth hasta el Moldava de la República Checa, pasando por el Támesis hasta llegar al mar de Almería, con la música como compañera omnipresente de esta aventura. Porque ‘Todos los ríos llevan al mar’. VER GALERÍA DE FOTOS
Unas 5.000 personas disfrutaron anoche frente al mar, como no podía ser de otra manera, del tradicional concierto de Feria de la OCAL que este año tenía a este como temática. Todo estaba listo para la gran cita y la formación no defraudó. Arrancó el concierto con el Himno a la Virgen del Mar, patrona de todos los almerienses, junto a la fantástica Coral Virgen del Mar. Arriaron las velas en el colorista y bullicioso puerto recreado por Walton, inspirándose en una pintoresca caricatura de principios del siglo XIX. Levaron el ancla con Alla Hornpipe, una danza de marineros tan acuática, que Haendel la compuso para ser interpretada en las barcazas de festejos del rey Jorge I de Inglaterra para que el monarca pudiera entretenerse mientras surcaba el Támesis. Cayeron en la red de la seductora Sherezade, interpretada con maestría por la bailaora Inés de Inés, mientras nos contaron las aventuras del marino Simbad y el incesante y majestuoso diálogo entre el viento y el mar transformado en boceto sinfónico por Debussy. También pasaron por las tranquilas aguas del ‘Lago de los cines’, junto a los bailarines Elena Rueda y Antonio J. Campos.
Y mientras tanto, unos simpáticos piratas, encarnados con desparpajo y soltura por cuatro músicos de la Orquesta Infantil de Almería (Javier Gutiérrez, Henar Martínez, Antonio Fernández y Paula Mateo) seguían en busca de su tesoro, lleno de diamantes y esmeraldas, pero aún sin éxito.
Sin duda, uno de los momentos culmen del concierto llegaría con el estreno mundial de lo último de Michael Thomas ‘Variaciones Misisipi’, o tal y como bromeaba él, ‘Variaciones Andarax’, en su versión más almeriense, y la adaptación de la canción tradicional marinera Scotch Strathspey and Reel. Continuaba esta travesía de casi dos horas hasta llegar al Moldava para, por fin, poner rumbo al Mediterráneo de Almería y ser recibidos en tierra por miles de almerienses. La llegada a puerto se celebró por todo lo alto, con fuegos artificiales y más música: Titanic, La Sirenita y hasta Piratas del Caribe. Por cierto, los piratas encontraron su tesoro. Lo habían tenido siempre delante: la música. La que la OCAL nos volvió a regalar a todos anoche.
Agradecimientos Desde la Orquesta Ciudad de Almería quieren aprovechar la celebración de esta tradicional cita para agradecer a los miles de espectadores que volvieron a arropar a la formación un año más en el Parque de las Almadrabillas, demostrando el cariño hacia la orquesta y el amor que sienten por la música. Asimismo, destacan el apoyo que durante todo el año reciben por parte del Ayuntamiento de Almería y Cajamar, patrocinadores principales de la OCAL, y que hacen posible que la ciudad pueda disfrutar de un concierto mayúsculo como el de anoche.
Además, desde la formación almeriense han querido agradecer la colaboración de la Coral Virgen del Mar, dirigida por Joaquín Torrecillas, para abrir el concierto con el himno a la patrona, así como el del resto de entidades que han hecho posible que el concierto de este año vuelve a ser un éxito rotundo: el Club de Mar, encargado de congregar a diferentes barcos en la bahía y que sirvieran para recrear aún más la escena; la Asociación Asopesca, cuyos miembros prestaron los materiales de pesca que decoraban el escenario; Grupo Caparrós y el Centro de Musicoterapia Almería.
¡Hasta el año que viene!