Dirigida por Michael Thomas y las voces de ‘Aeonium Ensemble’, ha interpretado con maestría el Réquiem op. 48 de Gabriel Fauré
Un réquiem es una composición musical cantada que tiene como texto la misa de difuntos. Y dentro de la misma el Réquien op. 48 de Gabriel Fauré es una de las más hermosas misas, que habitualmente se interpreta con coro y orquesta. La Orquesta Ciudad de Almería ha sabido transmitir en su concierto de la tarde de ayer en el Auditorio Maestro Padilla la solemnidad de la música sacra, a la vez que ha inspirado la liberación que Fauré quiso imprimir a esta composición. Como afirmó en su día el creador: “Se ha dicho que mi réquiem no expresa el miedo a la muerte y ha habido quien lo ha llamado «un arrullo de la muerte». Pues bien, es que así es como veo yo la muerte: como una feliz liberación, una aspiración a una felicidad superior, antes que una penosa experiencia”.
Sobre el escenario, la OCAL ha estado acompañada por las voces de ‘Aeonium Ensemble’ (cuya directora es Elena Martínez), y coro y orquesta empastaron de manera maravillosa transmitiendo el sentimiento de esta música litúrgica, en un Auditorio que agotó las entradas disponibles, con mascarilla y butacas de separación, dentro de la cultura segura. Bajo la dirección de Michael Thomas, la OCAL ha contado también con la participación de los solistas Andrés Merino (barítono) y Lucas Carmona Ortega (voz blanca), en un réquiem muy aplaudido por el público.
El concierto comenzó con ‘Cantique de Jean Racine Op. 11’ de Gabriel Fauré, para seguir con ‘Agnus Dei Op. 11’, de Barber. El protagonismo principal ha sido para el ‘Réquiem Op. 48’ de Fauré, y concluir con ‘Ave Verum Corpus KV 618’, de Mozart. Un delicioso programa centrado en la música sacra, donde los instrumentistas demostraron su talento, bajo la brillante dirección como siempre de Michael Thomas, y cuya conjunción con las voces del coro, deleitaron a los asistentes.
Durante la maravillosa interpretación del Réquiem, se pudo visualizar, en las primeras partes, la densidad de la música, reforzada por la rotundidad de los metales, en contraposición con la calidad de las voces, en una clara intencionalidad como si los instrumentistas estuvieran arrullando a la muerte. La tonalidad en re menor permitió asociarla musicalmente con la tristeza. La obra realiza una transición final desde el recogimiento a la tranquilidad en ‘In Paradisum’, creando un marco musical místico. Un réquiem que, como curiosidad, fue interpretado en el funeral del autor, que seguramente a través de esta composición encontró la felicidad eterna que quiso imprimir al Réquiem. La OCAL ha sabido, junto a las voces de ‘Aeonium Ensemble’, expresar los diferentes matices musicales de esta popular composición litúrgica.
Ha sido el broche de oro al 18º Ciclo de Música Sacra, organizado por el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería, con cinco estaciones para escuchar los conciertos de las tres de ensembles de la Banda Municipal, el dúo Aarón Zapico y Emilio Moreno, el grupo Anónimo IV y la OCAL, y con cinco escenarios distintos como son el salón noble del Círculo Mercantil, la Plaza de la Constitución, el Teatro Apolo, el Museo de Arte ‘Doña Pakyta’ y el Auditorio Maestro Padilla. ¡Bravo!